La conferenciante dividió su intervención en dos partes claramente diferenciadas. En la primera, repasó las competencias de los laboratorios agroalimentarios así como la necesidad de desarrollar métodos analíticos capaces de responder a la exigencia, por parte del consumidor, de una garantía de autenticidad, pureza y adecuación a la norma de los productos alimentarios. Asimismo, repasó aspectos legislativos comunes a toda la Unión Europea referentes a los controles efectuados para garantizar la verificación del cumplimiento de la legislación en materia de piensos y alimentos y la normativa sobre salud y bienestar de los animales, así como los requisitos que deben cumplir los laboratorios de control.
En una segunda parte de la conferencia, Ana Isabel Blanch ilustró la importancia de los análisis químicos de los alimentos mediante varios ejemplos. Así, se refirió al problema de la contaminación de los alimentos por micotoxinas, causantes, según la FAO, de que anualmente se pierdan unas 1000Mt. de productos alimenticios. La detección y cuantificación de la contaminación por hongos puede ser realizada mediante cromatografía líquida o de gases acopladas a la espectrometría de masas.
Por otro lado, se refirió al papel de las llamadas técnicas isotópicas (como la resonancia magnética nuclear y la espectrometría de masas de isótopos estables) en la detección de la procedencia del CO2 en vinos espumosos, la adición de glicerina exógena al vino o la determinación de la procedencia de éste mediante el empleo combinado de análisis elemental y espectrometría de masas de isótopos estables, con vistas a proteger denominaciones de origen y evitar fraudes.
Terminada la conferencia se abrió un interesante turno de debate en el que se puso de manifiesto el carácter multidisciplinar de la Agroalimentación, en la que tienen cabida el Derecho, la Agronomía, la Veterinaria, la Biología, la Física o la Química, por citar sólo algunas de las áreas implicadas.