de salud, cultura y economía del hombre mediterráneo" que ha tenido como invitados a dos de los mayores expertos en este tema. Tanto para el jefe del servicio de Nutrición del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, Pedro Mata, que preside la Fundación Hipercolesterolemia Familiar, como para Eduardo Eserich, profesor de Biología Celular de la Universidad Autónoma de Barcelona y uno de los principales estudiosos del efecto de las grasas en el cáncer de mama, la conclusión es clara: los hábitos de vida saludables son esenciales para luchar contra la enfermedad.
La hipercolesterolemia familiar ha sido el tema abordado por el profesor Mata que ha adelantado que Andalucía será en breve una de las comunidades autónomas que incluirá dentro de su sistema sanitario el programa de diagnóstico genético de esta enfermedad entre familias con alto riesgo d. Esta campaña iniciada en 2003 e impulsada por el Instituto de Salud Carlos III se está desarrollando con notable éxito en Navarra, Aragón, País Vasco, La Rioja, Extremadura, Asturias y Cataluña. Se espera que en 2007 este tipo de diagnóstico se extienda a todo el Sistema Nacional de Salud.
La hipercolesterolemia familiar es una alteración genética de carácter hereditario muy frecuente que en España afecta a unas 100.000 personas que la transmiten de manera directa a la mitad de su descendencia directa. De ahí la importancia de una detección precoz de la enfermedad para la aplicación desde la infancia de medidas preventivas tanto de alimentación como de tratamiento médico que ayuden a reducir el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. La Hipercolesterolemia Familiar acorta la esperanza de vida de 20 a 30 años respecto a la población familiar. De ahí la importancia de este tipo de diagnóstico cuyo relación coste-eficacia es una de las más rentables de todo el sistema nacional de salud. Se trata, en suma, según palabras del doctor Mata, de "pasar de una medicina intervencionista a una medicina predictiva o preventiva".
También una dieta equilibrada guarda relación con el desarrollo del cáncer de mama. Así lo ha manifestado el profesor de Biología Celular de la Universidad Autónoma de Barcelona, Eduardo Eserich, que trabaja desde hace veinte años en los efectos de las diferentes grasas sobre la evolución de este tipo de tumor. Así después de desarrollar diversos estudios experimentales el equipo del profesor Eserich ha podido comprobar que el aceite de oliva tiene un efecto protector sobre el desarrollo de esta enfermedad, ralentizando su desarrollo y reduciendo su malignidad. Por el contrario las grasas procedentes de semillas ocasionan el efecto inverso. Igual ocurre con el cáncer de próstata y el colonrectal.
En cualquier caso el mensaje es claro "el consumo de grasas malas no provoca cáncer ni el consumo de aceite de oliva virgen extra serviría, al menos por lo descubierto por el momento, para el tratamiento de la enfermedad ni para evitar padecerla. Eserich ha hecho además otra advertencia: no se trataría de abusar de este tipo de grasa. Un consumo excesivo tiene también efectos negativos sobre la salud. Se trataría, en defintitiva de "poca cantidad y mucha calidad".