vuelva a formar parte, junto con la Capilla Real de la Mezquita y la Sinagoga de las obras señeras del arte mudéjar en Córdoba.
La inauguración fue precedida de un breve acto oficial en el Aula Magna de la Facultad en el que el decano de Filosofía agradeció el esfuerzo realizado para poder llegar a este resultado. Tanto Joaquín Mellado, como los representantes de las instituciones que han colaborado en la recuperación de la capilla- Santiago Gómez Sierra, presidente de Cajasur, Mercedes Mudarra, delegada de Cultura, Fernando Expósito, vicepresidente 1º de la Diputación y Jose Manuel Roldán, rector de la Universidad de Córdoba-, se congratularon de lo fructífero de la cooperación interinstitucional llevada a cabo y de como, gracias a ella, se han ido solventando las dificultades técnicas y financieras que se han ido presentando a lo largo de la ejecución del proyecto.
En sus intervenciones destacaron también que con esta actuación los cordobeses recuperan uno de los elementos mas singulares de su patrimonio histórico- artístico que estará abierto a la visita de los ciudadanos y que también servirá de marco a relevantes actos universitarios como corresponde a la nobleza del recinto, en cuyo interior sobresale la bóveda de crucería gótica y una espectacular decoración que sobrecoge a los espectadores dada la intimidad del espacio.
El recinto fue declarado bien de interés cultural (BIC) por decreto de 3 de junio de 1931 y su titularidad es pública, recayendo en la Diputación provincial de Córdoba. Esta tiene cedido el antiguo Hospital del Cardenal Salazar- hoy Facultad de Filosofía y Letras, donde se integra la Capilla- para fines educativos a la Consejería de Educación y Ciencia desde abril de 1976, siendo la Universidad de Córdoba la que gestiona actualmente las instalaciones. En la última restauración han intervenido la arquitecta Dolores García Guijo y la restauradora Anabel Barrena.
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GC/CM
En las fotografias: Arriba, de izquierda a derecha, Mercedes Mudarra,Jose Manuel Roldán, Fernando Expósito, Santiago Gómez Sierra, Antonio Cubero y Joaquin Mellado. Abajo detalles de la bóveda y la ornamentación