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DESCRIPCIÓN DE LA EXPERIENCIA

La elección de las asignaturas Derecho Penal I y Derecho Penal II no fue casual. Siendo el primer contacto de los estudiantes con la disciplina y teniendo como objetivo ofrecer al alumno los principios y conceptos básicos de la disciplina, constituía el marco idóneo para instruir al alumno desde el principio en la nueva técnica de aprendizaje. Posiblemente, la experiencia resultaba más sencilla en la asignatura Derecho Penal III, en la que se estudian las singulares figuras delictivas, pero ello nos planteaba el problema de que el alumnado habría adquirido ya el curso anterior unos "vicios" en la forma de estudiar la asignatura que tal vez condicionasen el resultado de la experiencia.

Básicamente, la experiencia obligaba a los alumnos a trabajar en los posicionamientos jurisprudenciales existentes en torno a determinados conceptos de la teoría jurídica del delito, posicionamientos de los que debían extraer el marco teórico y aplicativo del concepto en cuestión, que luego debían exponer a los compañeros, y que el profesor reforzaría y enriquecerían ya en un segundo estadio.

A comienzos de curso se preparó un listado de conceptos (con indicación del tema en el que cada concepto se ubicaba) que los alumnos deberían desarrollar, así como un cronograma realista que recogía las previsiones temporales en las que debían ir haciéndolo. Todo ello se puso a disposición de los alumnos desde el primer día de clase en la plataforma Moodle. Los conceptos en cuestión fueron los siguientes:

a) Derecho Penal I: imputación objetiva, comisión por omisión, consentimiento, fuerza irresistible, legítima defensa, estado de necesidad, cumplimiento de un deber, trastorno mental transitorio, dolo y sus clases, imprudencia y sus clases, error, miedo insuperable, excusas absolutorias.

b) Derecho Penal II: tentativa y desistimiento, autor mediato, cooperador necesario y cómplice, atenuante de reparación del daño, atenuante de dilaciones indebidas, agravante de alevosía, agravante de ensañamiento, delito continuado.

Tras explicar en clase cómo se iba a desarrollar el curso y la experiencia docente en cuestión, ésta se impuso con carácter obligatorio a todos los alumnos, si bien es cierto que, dado el número de estos, y como quiera que resultaba imposible prestar a todos la atención personalizada y el seguimiento que la experiencia exigía, el trabajo y exposición en clase de los conceptos en cuestión se ofreció con carácter voluntario y a título individual o por grupos de trabajo. La experiencia despertó inicialmente un interés tan alto que hubo que limitar el número de intervinientes. Es de señalar, no obstante, que más tarde pudo comprobarse que el entusiasmo inicial no siempre tuvo continuidad en la fase de trabajo, propiamente dicha.

La participación activa en la experiencia buscando jurisprudencia y preparando conceptos fue valorada en la calificación del alumno computando como actividades de clase.

La primera dificultad surgió de inmediato: pese a que en el primer curso de Derecho hay asignaturas con contenidos de Derecho positivo, la mayor parte de los alumnos carecía de conocimientos sobre el manejo de las bases de datos legislativas y jurisprudenciales. Ni siquiera sabían con qué recursos contaba la Universidad de Córdoba en esta materia. Por ello, hubo que dedicar un par de días a instruirlos en la utilización de dos de las bases de datos más conocidas, como son Aranzadi y Tirant Online, a las que pueden acceder desde la Universidad o desde sus propias casas.

Solventado el problema anterior, la dinámica de trabajo fue la siguiente:

1) Con carácter previo al comienzo de la preparación de cada concepto, hacíamos una introducción al tema al que el concepto en cuestión pertenecía, a fin de que el alumnado tuviese el esquema mental de las cuestiones que iban a ser tratadas en el mismo, aunque sin abordar en profundidad cada uno de los conceptos que lo integraban. Lo que pretendíamos, en esta fase, era orientar el trabajo que posteriormente debía desarrollar al alumno.

2) El desarrollo de cada concepto requería la búsqueda y estudio de, al menos, tres sentencias recientes del Tribunal Supremo en las que quedasen debidamente reflejados los aspectos conceptuales de la materia, así como, de haberlas, las distintas corrientes que se hubiesen seguido en torno a la misma. La búsqueda y selección de la jurisprudencia la llevaban a cabo los propios alumnos bajo la supervisión del profesor, que tenía que comprobar que las sentencias elegidas eran adecuadas a los fines de la experiencia.

3) Realizada la búsqueda jurisprudencial, los alumnos preparaban los conceptos que iban a exponer en clase, que eran también objeto de supervisión previa por el profesor.

4) Finalmente, se procedía a la exposición en clase de los conceptos previamente preparados utilizando para ello las herramientas informáticas disponibles en las aulas de la Facultad de Derecho y CC. EE. y Empresariales. Como procedimiento de trabajo, el alumno o alumnos debían:

-Indicar el órgano judicial, fecha, número de resolución y de referencia de la misma en la base de datos utilizada.

-Hacer un breve resumen sobre los hechos probados en cada una de ellas.

-Desarrollar la posición o posiciones mantenidas por las sentencias elegidas en torno al concepto objeto de estudio.

-Hacer un breve resumen sobre el sentido del fallo.

5) A continuación, realizábamos las observaciones que considerásemos oportunas complementando la información suministrada por el alumno con las aportaciones doctrinales que, estimábamos, debían tomarse en consideración a efectos de completar los conocimientos sobre el concepto objeto de estudio, resolviendo asimismo las dudas surgidas en torno al mismo.