UTILIDAD
Con carácter general, la experiencia es altamente recomendable como metodología de trabajo, pues prepara al alumno para lo que va a ser su día a día una vez finalicen sus estudios de Derecho. Es especialmente aconsejable en aquellas disciplinas que forman parte de lo que se denomina "Derecho positivo" que, por estar sujetas a continuos cambios normativos, requieren del profesional del Derecho un proceso de constante actualización y puesta al día en sus conocimientos.
No obstante, como en toda experiencia de esta naturaleza, junto a los aspectos positivos destacados como resultados, existen también elementos negativos que conviene resaltar.
Entre esos aspectos negativos, dejando al margen el incuestionable incremento de la carga de trabajo para el profesor (sobre todo cuando el número de alumnos es tan elevado), destacamos, sobre todo, el rechazo que este tipo de experiencias genera entre ciertos alumnos reacios a cualquier fórmula que no sea la explicación tradicional del temario por el profesor.
Al mismo tiempo, y como ya se ha señalado, el grado de compromiso de los alumnos que voluntariamente quisieron participar de forma activa en los estudios jurisprudenciales, no fue siempre el deseable. Así, se detectó cierta tendencia al recurso fácil de buscar la información en manuales de la asignatura o a convertir la exposición en una mera transmisión teórica de conocimientos similar a la que podría hacer el profesor, cosa que no era el objetivo pretendido.
Conectado con lo anterior, hubo alumnos que incumplieron el cronograma previamente establecido (aduciendo exámenes, trabajos, etc.) causando distorsiones a otros compañeros, pues los conceptos, al estar interrelacionados, necesariamente debían exponerse en el orden preestablecido.
La experiencia ha servido, por ello, para comprobar que, pese al entusiasmo inicial, no todos los alumnos que se prestan voluntarios a este tipo de experiencias cumplen las reglas acordadas, por lo que es preciso introducir rígidos mecanismos de control y seguimiento del alumnado, algo que no siempre resulta fácil dada la carga de trabajo de todo tipo que ya de por sí tiene hoy día el profesor universitario.