Su pequeño tamaño, transparencia, rápido desarrollo y, sobre todo, su alta homología anatómica y genética con el ser humano han posicionado al pez cebra como un organismo clave en el campo de la biomedicina. A lo largo de los últimos años, esta especie acuática, originaria del sudeste asiático, ha alcanzado un lugar destacado en los laboratorios, estableciéndose como un organismo modelo para la investigación en agroalimentación y salud humana y animal y como una alternativa al uso de mamíferos en la experimentación.
Precisamente, el Servicio de Experimentación con Organismos Acuáticos de la Universidad de Córdoba, ubicado en la unidad experimental Russell del Servicio de Animales de Experimentación (SAEX), dispone en sus instalaciones de un espacio para experimentar con esta especie, cuyos embriones podrían ser útiles para realizar estudios genéticos.
Concretamente, el servicio consta de un cubículo con capacidad para albergar en torno a 300 adultos o su equivalente en larvas. En este espacio, según destacan desde el Servicio de Animales de Experimentación, "puede realizarse investigación básica y aplicada en distintos estadios de pez, tanto en huevos como en juveniles y adultos".
En la actualidad, el uso de esta especie está muy extendido en estudios de anestesiología, oncología, comportamiento, desarrollo embrionario, envejecimiento, genética y toxicología. Además, sus características también permiten la investigación de diversas patologías humanas como lesiones medulares, regeneración de retina y nervio óptico y enfermedades inflamatorias e infecciosas como la covid-19.
Escrito por UCC+i