El IV Congreso sobre Republicanismo ha analizado, en su segunda jornada, el papel que jugaron las mujeres durante el período republicano como impulsoras de cambios sociales y creadoras de proyectos cívicos.
Las historiadoras María Dolores Ramos, de la Universidad de Málaga, y Josefina Cuesta, de la Universidad de Salamanca, ambas especialistas en el estudio de la evolución de la mujer en la historia, debatieron ayer en la Facultad de Derecho sobre los progresos sociales y políticos alcanzados por las mujeres desde 1812 hasta los inicios de la guerra en 1936, haciendo hincapié en los logros republicanos.
" La República ofreció uno de los resultados más positivos en cuanto al tratamiento de la mujer, ya que fue entonces cuando la mujer tuvo el derecho al sufragio y cuando por primera vez se dignificó su condición y se la convirtió en ciudadana con los mismos derechos que el hombre", explicó Ramos.
Como destacó la historiadora malagueña, "después de la ciudadanía sesgada que se construyó en 1812 y que estableció una frontera entre la esfera pública y privada de la mujer, ésta fue permitiéndose pequeñas transgresiones con la aparición de obreras en las fábricas, las mujeres libertarias o las tertulianas de los salones".
"Las mujeres comienzan a robar espacios con proyectos cívicos y moralistas que acaban creando una ciudadanía moral, aunque seguían subyugadas a la ideología del Nuevo Orden Liberal, basado en la mujer sumisa y entregada al varón", prosiguió.
Es a partir del período de entreguerras cuando nace un debate dentro del republicanismo en torno al papel que debía jugar la mujer en la cultura política. Como explicó Ramos, "no hay una postura homogénea, sino que encontramos posturas misóginas, que defendían la incapacidad de la mujer, posturas más conciliadoras como la de los masones y un pequeño núcleo que propugnaba teorías emancipistas".
La historiadora Josefina Cuesta continuó la ponencia destacando cómo las mujeres republicanas, "mujeres con acentuada conciencia política, fuerte laicidad y rayando en el anticlericalismo", explicó, alcanzaron durante la República las mayores cotas de progreso "gracias a disposiciones legales como la normalización del matrimonio civil, el derecho al voto, el divorcio, el reconocimiento de la paternidad o el seguro de maternidad".
Como síntesis final, ambas historiadores resaltaron el importante papel desempeñado en aquellos años por mujeres de la talla de Dolores Ibárruri, Clara Campoamor, Victoria Kent, F. Montseny o Margarita Nelken; todas ellas, "merecedoras de un hueco en la historia y en la memoria".