Las ayudas al desarrollo constituyen el campo de actuación de distintas entidades públicas y privadas. Así, promover el progreso económico y social de los países desfavorecidos, con un bajo nivel de renta, es el propósito de la empresa de base tecnológica IDAF, una spin-off de la Universidad de Córdoba para proyectos de cooperación internacional y desarrollo agroforestal, que explota la investigación realizada en la UCO en este terreno.

Esta entidad desarrolla varias líneas de acción e investigación, que pueden concretarse en tres principales: la primera es la de consultoría avanzada, es decir, la asesoría y ejecución proyectos que involucran un considerable nivel de tecnología. El componente tecnológico es un rasgo diferenciador respecto a otras consultoras, señala Guillermo Palacios; la segunda es la que se ocupa de la cooperación internacional y el desarrollo agroforestal propiamente dichos; mientras que la última es la línea formativa mediante la que se ejecutan cursos de formación en países como Perú, Bolivia o Chile. Estas tres líneas de acción se complementan y transversalizan en los diferentes proyectos desarrollados por el IDAF.

En cuanto a la labor de consultoría avanzada, actualmente, IDAF, está trabajando en un proyecto de Zonificación de parques naturales en Perú. Esta actividad consiste en la utilización de sistemas de teledetección para determinar, clases de vegetación, cambios de uso del suelo, talas ilegales, etc., aplicando métodos tradicionales de gestión participativa con las comunidades indígenas pobladoras de la zona y la autoridades gestoras, apoyados por el uso de nuevas tecnologías, lo que confiere una mayor potencia y agilidad a las herramientas de gestión.

Respecto a la investigación aplicada a la cooperación internacional, la sociedad dirigida por Guillermo Palacios y Jorge Téllez tiene, entre otros, un proyecto en Bolivia (junio de 2008), enmarcado en el programa de cooperación interuniversitaria (PCI). En él, un grupo de investigadores del departamento de Ingeniería Forestal de la Universidad de Córdoba se va a desplazar al país andino, a la vez que algunos científicos bolivianos vendrán a España, de modo que se dispone de un flujo de información entre ambas partes con el objetivo de perfeccionar las líneas de producción de la madera en las zonas más deprimidas del trópico boliviano, indica Guillermo Palacios.

Este trabajo, según el investigador cordobés, tiene la intención de crear un centro tecnológico de la madera que apoye la consolidación de la cadena de valor de productos forestales en la zona, lo que permitirá pasar de la venta de madera recién cortada, a la implantación de la cadena productiva que aumente el valor agregado de los productos y permita la exportación de productos acabados a otros países. Esta implementación productiva se enmarca en el seno de un programa de desarrollo forestal comunitario elaborado con las comunidades pobladoras, redundando en un mayor beneficio económico, si bien, este proceso requiere de una etapa de investigación que determine los pasos a seguir hasta consolidar todas las acciones, tecnologías necesarias, oportunidades de mercado, etc., arguye Guillermo Palacios.

La última línea de trabajo se centra en la formación. En este sentido, en estos momentos “estamos preparando una visita a Angola, donde en el ámbito académico se va a apoyar la creación de la titulación de Ingeniería Forestal, dentro de una universidad angoleña situada en una de las provincias de mayor potencial forestal en el país, y a la vez más castigada por la reciente guerra civil”.

Además, esta empresa tiene entre manos un proyecto de obtención de energía a partir de biomasa, para su uso como fuente de calor. El proyecto Xiloenergías de Chile pretende el desarrollo e implementación de unidades de bioenergía en núcleos habitacionales en la VIII, IX y X regioneas las condiciones imperantes en la zona. Por tanto, “pretendemos establecer un sistema sostenible de gestión del bosque nativo , de forma que, los pobladores de la zona lo gestionen y puedan abastecer de calor sus viviendas de modo continuado y sostenible”.

Por otra parte, la Comisión Europea está evaluando una serie de programas formativos de IDAF en cárceles de Cabo Verde. Así, mediante el establecimiento de aulas de conocimiento dentro de las prisiones, los reclusos aprovecharán el tiempo que están en la cárcel, recibiendo un trato cercano, que también respete los derechos humanos, vulnerados en muchas prisiones del mundo.

Toda esta labor no sería posible, comenta Guillermo Palacios, si no hay una vocación, acompañada por las facilidades y recursos ofrecidos en España para realizar las investigaciones y proyectos que después son ejecutados en los países de América Latina y África. Al respecto, “la EBT pretende ser un referente de calidad en el trabajo que ofrece a sus clientes en temas de cooperación, aplicando la investigación y el conocimiento generado en la universidad”.

R.M. ( De " Andalucia Investiga" )