El presidente de la Agencia Estatal de Investigación, Enrique Playán ha visitado este martes la Universidad de Córdoba para ofrecer una conferencia sobre los retos a los que se enfrenta la agencia, creada en 2015 para la gestión y financiación de los fondos públicos destinados a actividades de I+D+i. Al final de su intervención, el personal investigador de la Universidad ha tenido la oportunidad de plantearle preguntas, propuestas y sugerencias. Al acto han acudido el rector de la Universidad de Córdoba, José Carlos Gómez Villamandos, y el Vicerrector de Investigación y Desarrollo Territorial , Enrique Quesada.
Enrique Playán ha comenzado explicando las funciones de la Agencia Estatal de Investigación y sus principios, que incluyen la independencia y la objetividad al evaluar los proyectos. Entre sus actividades se encuentran la financiación competitiva de actividades programadas para I+D+i, la evaluación de convocatorias, la evaluación del impacto de estas y la internacionalización de la investigación española.
Uno de los retos a los que, en su opinión, se enfrenta esta institución es el gran número de convocatorias que publican al año. “Esta situación no es sostenible. Será necesario agrupar y actualizar las convocatorias”, ha afirmado. También ha hecho mención a la necesidad de actualizar las aplicaciones que se utilizan en los procesos de gestión y a comunicar sobre los procesos de una forma más clara.
Enrique Playán ha criticado que la ciencia aún esté supeditada a la Ley de Subvenciones. Para él, “es muy triste que la ciencia tenga que depender de ella y no se haya desarrollado aún una ley de la ciencia propia”. Estas subvenciones que se otorgan a proyectos de investigación, tienen numerosos intermediarios y está controlado por el Ministerio de Hacienda, por lo que los procesos para adquirir financiación suelen durar, como mínimo, un año.
Ha continuación se ha abierto un turno de preguntas. “He venido a que me planteen problemas y a discutirlos”, ha expuesto el presidente de la Agencia Estatal de Investigación. Entre las cuestiones que se han planteado por parte del personal investigador han salido a relucir las dificultades que tienen los jóvenes para incorporarse a los equipos técnicos, la inestabilidad laboral del equipo investigador y la perspectiva de género.
Uno de los asuntos más espinados que se han planteado es la existencia de conflictos de intereses en el equipo de evaluadores. Enrique Playán reconoce que es un tema que “preocupa muchísimo” dentro de la agencia y que se están incorporando procesos internos para combatirlo, como la obligatoriedad de que cada proyecto esté evaluado por, al menos, cuatro personas.
También se ha criticado la excesiva consideración que se otorga a las cifras en las evaluaciones de los proyectos. Ante esto, el presidente de la agencia ha respondido que “el mérito científico no debe ser esclavo de los números” y que, aunque el proceso es más cualitativo que otros años, es necesario disponer de indicadores.