Un total de 28 personas asistió ayer a la primera actividad de La Noche de los Investigadores, celebrada en el Cinestudio de Cabra y liderada por la Unidad de Edafología de la Universidad de Córdoba. La conversación se prolongó durante dos horas, el doble de lo previsto, ante el interés del público participante que debatió con el equipo de investigación sobre asuntos relacionados con la fertilidad y el cuidado de los suelos agrícolas, enfrentándose en ocasiones visiones diferentes entre varios agricultores con ideas distintas sobre los manejos más adecuados para garantizar el equilibrio entre la conservación de los suelos y la rentabilidad de la agricultura.
En el transcurso de la charla, la Unidad de Edafología, representada esa tarde por el catedrático Vidal Barrón, la catedrática Carmen del Campillo y los jóvenes investigadores Mónica Sánchez, actualmente en el IFAPA, José Luis Maíllo, Jesús Palma y la argelina y becaria FPI Sana Boubehziz, tuvo la ocasión de presentar sus últimas líneas de investigación relacionadas con la formación de óxidos de hierro, que afectan a la calidad de los suelos, así como sus últimos avances en la búsqueda de fertilizantes orgánicos que sustituyan, o reduzcan, al fósforo mineral que se aplican en el campo y que dependen de importaciones de terceros países. Fue precisamente en este asunto en el que se entabló una de las discusiones más interesantes de la tarde cuando Sana Boubehziz realizó una contundente defensa de esta línea de trabajo frente a la visión de una parte del público que, sin embargo, no ve a corto plazo la posibilidad de sustituir los fertilizantes de origen mineral. También se habló de hongos entomopatógenos y de caracterizaciones de los suelos vinícolas de la campiña cordobesa. Lo hicieron precisamente José Luis Maíllo y Jesús Palma, los más jóvenes del equipo, nacidos respectivamente en Cabra y en Aguilar, dos personas muy vinculadas familiarmente a la agricultura que han decidido iniciar su carrera investigadora con la vista a contribuir al desarrollo de sus pueblos.
También se habló de política científica y agraria y de la capacidad de los gobiernos de trabajar en el medio y largo plazo, dando el tiempo y los recursos suficientes a la ciencia para encontrar soluciones a los grandes retos ambientales y económicos que afectan a la agricultura. Mónica Sánchez puso el foco en la precariedad que afecta a los jóvenes investigadores, a esos a quienes al terminar la charla un asistente se acercó para decirles: “Mucho ánimo, dependemos de que lo hagáis bien y os dejemos hacerlo”.