Responsable del grupo: José Ramos Ruiz
Este grupo hace transferencia desde su puesta en marcha hace más de 25 años. Su actividad va desde estudios básicos enfocados al transporte iónico, y condiciones de respuesta a estrés en levaduras, hasta aplicaciones industriales de sistemas de biocontrol con base natural y biotecnológica.
¿En qué sector desarrolla su equipo la transferencia?
Principalmente nos centramos en industria cárnica, aunque no descartamos ampliar nuestros horizontes al resto de sector agroalimentario. En concreto, hemos llevado a cabo varias colaboraciones con una empresa productora de productos cárnicos curados ibéricos del norte de Córdoba, de la zona de los Pedroches, llamada Navalpedroche S.L.
¿Desde cuándo hacen transferencia?
La colaboración se ha extendido a lo largo de los últimos 10 años. En el último, hemos estado ampliando nuestros contactos asistiendo a foros como el TRANSFIERE, en Málaga, y haciendo publicaciones en revistas de dentro de la industria, como es EUROCARNE.
¿Qué resultados de investigación han sido claves para que puedan tener una labor tan activa en transferencia?
A nivel de bibliografía se conoce que muchas levaduras tienen un gran poder de biocontrol, sin embargo, su aplicación a nivel industrial siempre se plantea difícil por multitud de cuellos de botella. Uno de los más difíciles de solventar es el mantenimiento de la calidad organoléptica de los productos. Nuestros resultados nos han permitido identificar cepas de interés de la levadura no convencional Debaryomyces hansenii, las cuales son capaces de contribuir a las cualidades organolépticas del producto final. Esto nos ha permitido reducir de forma eficiente la cantidad de conservantes artificiales en productos como el lomo embuchado ibérico, sin que su calidad final se vea comprometida, tanto a nivel de seguridad como de aceptación por parte del consumidor.
¿Con qué empresa/s suelen trabajar más? ¿Son todas ellas del mismo sector?
Hasta ahora nuestra colaboración en el sector privado se ha dado con la productora que comentábamos anteriormente, Navalpedroche S.L. y con Novogenesis, una empresa experimentada en el uso de microorganismos como conservantes en industria alimenticia.
¿Cómo compaginan el trabajo de investigación con las tareas de transferencia? ¿Tienen tiempo para llevar las dos tareas en paralelo?
Si bien el compaginar ambos aspectos ha resultado en una ardua tarea de organización, el hecho de haber empezado la investigación aplicada de la mano de la empresa ha facilitado el proceso. Inicialmente toda la colaboración se centraba en encontrar posibles aplicaciones de nuestras investigaciones, pero hoy en día ya nos encontramos en una fase de aplicación a mercado. El trabajo en equipo y el reparto de tareas ha sido fundamental en hacerlo posible.
¿Cuántas personas forman parte de su grupo de investigación?
Nuestro grupo de investigación tiene diversos tipos de colaboraciones a lo largo del año, en líneas generales somos cuatro personas que trabajan en la transferencia de forma continuada, y que hacen de guía para el resto de las incorporaciones. Estas personas son José Ramos Ruiz, IP del grupo de investigador; Francisco Javier Ruiz Castilla, PAD del grupo; Helena Chacón Navarrete; estudiante predoctoral y Rocío León Serrano, técnico de apoyo a la investigación.
¿Cuántas personas hay contratadas en su grupo gracias a estos proyectos de transferencia?
En estos momentos no estamos en disposición de ningún proyecto que nos haya permitido la contratación de personal. El último proyecto del que hemos sido beneficiarios ha sido el plan Galileo, el cual no contaba con fondos para este tipo de contratación.
¿Tienen alguna patente o están en proceso de petición o concesión?
Sí, en estos momentos tenemos una patente presentada asociada a la aplicación de una cepa como agente de biocontrol, estamos en espera de concesión.
¿Han pensado crear Empresas de Base Tecnológica gracias a los proyectos de transferencia?
Es algo que sí que nos hemos planteado, de hecho, Helena participó en la iniciativa IDEA_PRODUCTO quedando como una de las ganadoras. Este premio nos permitió realizar pruebas de concepto necesarias para llegar a un producto mínimo viable, esencial a la hora de plantearse la formación de una empresa.
¿En qué piensa que la UCO puede ayudar a los grupos que hacen transferencia para seguir potenciando y si es posible incrementando esta tarea?
En el último año hemos notado más actividad por parte de la UCO de cara a la mejora de transferencia de conocimiento, sin embargo, hay un factor fundamental que aún necesita mucho trabajo: apoyo administrativo y legal eficaz. Los grupos de investigación normalmente están formados con personal con formación científica, y todo lo relacionado con la transferencia requiere no sólo de formación en temas burocráticos, si no una dedicación que, en muchos casos, es incompatible con la actividad investigadora y/o docente. Este hecho hace que mucho conocimiento se pierda y no llegue a transferirse.