En los años 30 del siglo XX, para la construcción de la nueva sede de la Escuela de Veterinaria de Córdoba, se encargó una serie de muebles con acabados que evocan formas vegetales y animales, así como figuras de personajes históricos y mitológicos. Un mobiliario que reivindica el valor del conocimiento y que se encuentra repartido actualmente entre el Rectorado y el Decanato de la Facultad de Veterinaria.