Por eso, si se quiere hacer frente a los movimientos xenófobos y segregacionistas que empiezan a extenderse en Europa, urge gestionar la diversidad y, entre otras cosas, trasladar el mensaje de que es un valor positivo y, lo más difícil, conseguir que la ciudadanía lo asuma como propio. En este reto, la comunidad educativa juega un papel fundamental, al fin y al cabo, la identidad personal y los valores que defiende cada individuo se forman cuando éste se encuentra en plena adolescencia, un momento en el que la opinión del grupo adquiere una relevancia fundamental. Si en la adolescencia la norma es lo que dicta la mayoría, lo que es “tendencia”, lo cool ¿cómo se logra que la diversidad cultural sea vista como un valor propio?
Para el equipo que lidera Vicent J. Llorent, profesor del Departamento de Educación de la Universidad de Córdoba, una de las respuestas es que esa meta se alcanzará si se logra conseguir profesionales de la educación preparados para afrontar los nuevos retos de la sociedad como lo es el de la diversidad cultural. Por eso, un proyecto de investigación internacional, financiado por el Observatorio Internacional de Inclusión, Interculturalidad e Innovación Pedagógica (OIIIIPE), trata de encontrar nuevas herramientas que mejoren la formación del profesorado en materia de diversidad cultural en la escuela. Se trata del proyecto “Formação de educadores: inclusão e interculturalidade em contextos internacionais de ensino superior” en el que participan universidades de Brasil, Cabo Verde, Chile, España, México y Portugal y que trabaja sobre la formación del profesorado en materia de educación inclusiva.
Plantean que la formación en diversidad cultural puede verse relacionada con el proceso de madurez de los estudiantes por lo que resulta importante conocer cómo se forja la identidad y las actitudes hacia la diversidad cultural durante cada etapa escolar. Para ello, han querido validar para su versión en español un instrumento que facilita conocer el estado de la identidad de los adolescentes y jóvenes adultos.
Se trata de la escala Utrecht de Gestión de Compromisos e Identidad (U-MICS) de la que hasta ahora ya existían versiones en varios idiomas y que esta investigación ha validado también en español. Muchas publicaciones ya han utilizado este instrumento de carácter descriptivo para resaltar las diferencias según características socio-personales y estudiarlas en relación al bienestar y la salud mental de las personas. Ahora se quiere ir más allá para conocer su papel en la formación del profesorado al tener en cuanta el efecto multiplicador de la educación. Su validación en español supone un avance significativo en la utilización de esta herramienta para muchas otras investigaciones.
La U-MICS podrá ser utilizado en el área de Pedagogía para analizar la relación del estatus de identidad con el nivel de aprendizaje de alumnado y la mejora de sus competencias clave. Un análisis en este sentido podría facilitar la personalización de los programas didácticos y los desarrollos del currículum a cada alumno, tanto de nivel de secundaria como universitario, donde también entrarían los maestros en formación inicial. Otro campo científico de estudio es el de Psicología. Se podrán realizar estudios que vinculen el estatus de identidad con el bienestar, la salud mental y diferentes conductas como podrían ser aquellas de carácter antisocial, incluyendo el acoso escolar. Sus posibilidades se amplían a investigaciones sociológicas y de mercado.
Vicent J. Llorent, Mercedes Álamo. Utrecht-Management of Identity Commitments Scale: Validation in Spanish University Students. Frontiers in Psychology. 10.3389/fpsyg.2018.01364