Lunes, 11 Noviembre 2024 10:18

Éxito de las ‘Jornadas Cervantinas: De la cárcel a la gloria’ en el Teatro Cervantes de Castro del Río

Escrito por G.C.
Foto de familia de autoridades y participantes en las jornadas. Foto de familia de autoridades y participantes en las jornadas. G.C.- Fundación Cajasol

Castro del Río ha celebrado la primera edición de las Jornadas Cervantinas, un proyecto cultural fruto de la colaboración entre el Ayuntamiento de Castro del Río, la Universidad de Córdoba y la Fundación Cajasol que nace con el objetivo de destacar el legado de Miguel de Cervantes y sus vínculos con la localidad cordobesa.

El acto inaugural, el viernes 8 de noviembre, registró un lleno absoluto en el Teatro Cervantes, lo que llevó a habilitar salas adicionales donde el público pudo seguir las conferencias a través de streaming, reflejando el enorme interés que ha despertado esta iniciativa.

La apertura contó con la intervención de Antonio Pulido Gutiérrez, presidente de la Fundación Cajasol; Manuel Torralbo, rector de la Universidad de Córdoba; Julio Criado, alcalde de Castro del Río, y el periodista Jesús Vigorra, quienes destacaron la relevancia del evento y su impacto en la difusión de la obra cervantina.

En su intervención, Antonio Pulido agradeció a los asistentes, tanto locales como visitantes, su presencia en estas jornadas, y subrayó la importancia de la colaboración con el Aula Intergeneracional de la Universidad de Córdoba, el Ayuntamiento de Castro del Río y figuras clave como Arturo Pérez-Reverte y Jesús Vigorra, a quienes definió como «motores de estas jornadas».

“Castro del Río tiene motivos de sobra para acoger estas jornadas. Es un acto de reconocimiento a su reciente entrada en la red de Ciudades Cervantinas y una apuesta por divulgar la cultura y la obra de Cervantes”, afirmó. Pulido destacó que el evento tiene como objetivo no sólo fomentar la lectura y la cultura, sino también asegurar su permanencia: “Estas jornadas nacen con vocación de continuidad. Queremos acercar la obra de Cervantes a todos, especialmente a los más jóvenes, porque la cultura y leer nos hace más libres”.

También anunció la creación de la Academia Cervantina de Castro del Río, una iniciativa para fomentar la obra cervantina mediante lecturas, análisis y actividades escolares, asegurando que este proyecto seguirá creciendo en colaboración con el Ayuntamiento.

Por su parte, Manuel Torralbo expresó su agradecimiento a la Fundación Cajasol por contar con la institución académica en esta y otras actividades. “Cuando recibimos la propuesta, no lo dudamos. Estas jornadas son una oportunidad para que nuestros estudiantes y todos los asistentes se acerquen a Cervantes desde una perspectiva más humana y enriquecedora”, señaló.

El alcalde de Castro del Río expresó el honor que supone para la localidad acoger un evento de esta envergadura. “En este pueblo vemos a Cervantes como algo nuestro, y estas jornadas refuerzan ese vínculo”, afirmó. Además, destacó el plantel de ponentes, entre ellos figuras como Arturo Pérez-Reverte, Juan Eslava Galán, Espido Freire y Alfonso Guerra, quienes compartirán su visión sobre el autor y su obra durante las jornadas.

Conferencia inaugural de Arturo Pérez-Reverte

La jornada continuó con la conferencia inaugural de Arturo Pérez-Reverte, titulada «El soldado Cervantes», en la que el escritor ofreció una reflexión sobre cómo la experiencia militar de Miguel de Cervantes marcó profundamente su vida y su obra. “Quien sí fue valiente, sin fisuras, sin discusión, es Miguel de Cervantes”, afirmó Pérez-Reverte al inicio de su intervención, trazando un paralelismo entre el autor y su personaje más icónico, Don Quijote.“Miente como un bellaco quien sostiene que Cervantes se burla de los libros de caballerías”, afirmó Pérez-Reverte al comenzar su intervención. El escritor sostuvo que Cervantes no se burla del valor caballeresco en El Quijote, sino de su degeneración y falta de adecuación al tiempo en que vivía. “Cervantes no se burla del valor caballeresco que su héroe anhela más que posee, sino de lo estrambótico, lo inadecuado de ese supuesto valor con el tiempo y mundo que habitan él y su personaje”, explicó.

Pérez-Reverte recordó los momentos más destacados de la vida militar de Cervantes, desde su participación en la batalla de Lepanto, donde perdió el uso de su mano izquierda, hasta sus años como cautivo en Argel, episodios que, según el escritor, alimentaron la narrativa del autor en El Quijote y otras obras. “El soldado Miguel de Cervantes dijo que más quería morir peleando por Dios y por su Rey, que no meterse bajo cubierta y que su salud le importaba nada”, citó Pérez-Reverte para subrayar el temple del autor de Alcalá de Henares.

El novelista también destacó cómo Cervantes, a través de Don Quijote, reflexiona sobre el valor y el heroísmo desde una perspectiva melancólica y crítica. En palabras de Pérez-Reverte: “Cervantes sabe, mejor que nadie, que las empresas acometidas por acicate de la honra y con limpio corazón terminan en España, casi siempre, en desastres grotescos y en amargura”.

En este sentido, remarcó que “Cervantes sabe que si España pare Quijotes, son fruto del delirio, individuos aislados y a contratiempo. Lo que alumbra España en abundancia son venteros, cuadrilleros de la Santa Hermandad y duques infames que escarnecen el ideal”.

Por último, Pérez-Reverte encuadró la obra de Cervantes en el contexto de una España en declive, pero lúcida. Para el escritor, El Quijote es más que una novela: es un testimonio de un hombre marcado por el dolor lúcido de la vida, escrito desde la “paciencia en las adversidades” y la nostalgia por un mundo heroico que ya no existía.

La conferencia culminó con un emotivo recordatorio: “Miguel de Cervantes vivió, y por fortuna, escribió El Quijote para el mundo y para nosotros.”

Las Cervantas, según Juan Eslava Galán

En su conferencia «Las Cervantas, mujeres de aquel tiempo», Juan Eslava Galán ofreció una detallada reconstrucción histórica y social de la familia de Miguel de Cervantes, centrándose en las figuras femeninas que marcaron su vida. A lo largo de su intervención, desmitificó prejuicios y reivindicó el papel de las mujeres Cervantes como pilares de una familia constantemente asediada por las adversidades.

Eslava Galán explicó que el término Cervantas, que en la época tenía una connotación peyorativa, se popularizó tras un escándalo en Valladolid en 1605. Un noble llamado Gaspar de Ezpeleta apareció mortalmente herido a las puertas de la casa donde residían Miguel de Cervantes y su familia. “La justicia interrogó a los habitantes, incluida una beata del altillo, Isabel de Ayala, que insinuó maliciosamente que las mujeres de la casa recibían a ‘muchos hombres’”, relató Eslava Galán. Este episodio llevó a la cárcel a toda la familia, incluido Cervantes, aunque sólo por unos días.

Lejos de esa visión despectiva, Eslava Galán destacó que las mujeres Cervantes, como Andrea, Magdalena, Constanza o Isabel, fueron “las que dieron el pecho y sacaron adelante a la familia” en un contexto de extrema dificultad. “Los hombres de la familia, francamente, desde el punto de vista familiar, fallaron”, afirmó, haciendo referencia a la ineptitud del padre, Rodrigo de Cervantes, y a los problemas de Miguel para sostenerse económicamente como escritor.

El historiador repasó las vidas de cada una de las mujeres de la familia, desmontando los rumores que las tildaban de licenciosas. Señaló que las hermanas mayores, Andrea y Magdalena, enfrentaron promesas de matrimonio incumplidas por parte de hombres que “abusaron de su confianza”, y que incluso en pleitos legales no lograron justicia. “La idea machista de que estas mujeres vivían de las promesas de matrimonio es falsa; más bien tuvieron la desgracia de encontrarse con sinvergüenzas”, aclaró.

En su intervención, Eslava Galán también destacó el empoderamiento de las Cervantes a través de la educación y el trabajo. “Sabían leer y escribir, algo poco común entre las mujeres de la época, y montaron un taller de costura especializado en bordados que les permitió salir adelante”, señaló. Estas habilidades fueron clave para sostener a una familia que constantemente cambiaba de residencia en busca de estabilidad económica, desde Guadalajara a Sevilla, y finalmente a Madrid.

El historiador concluyó su intervención con una reflexión sobre el legado de estas mujeres. “La imagen inicial que se dio de ellas, solo para favorecer al varón Cervantes, ha sido notablemente falsa. Más bien fueron mujeres abnegadas y adelantadas a su tiempo”, reivindicó. Eslava Galán cerró con un contundente mensaje: “Rompamos una lanza por las Cervantas y dejemos de perpetuar los prejuicios sobre ellas”.

Esta conferencia, que combinó rigor histórico con el estilo ameno de Eslava Galán, ofreció una nueva perspectiva sobre las mujeres de la familia Cervantes, subrayando su papel esencial en la vida del escritor y en la supervivencia de su entorno familiar.


Segunda sesión de las Jornadas Cervantinas: reflexiones sobre «El Quijote» y las mujeres en la obra de Cervantes

La mañana de la segunda sesión de las Jornadas Cervantinas: De la cárcel a la gloria, ofreció dos fascinantes ponencias que ahondaron en el legado de Miguel de Cervantes.

Andrés Trapiello: «La traducción del Quijote, un asunto en astillero»

El escritor Andrés Trapiello impartió una conferencia que exploró su experiencia como traductor de El Quijote al castellano actual. Durante su intervención, Trapiello compartió anécdotas y reflexiones sobre la percepción de esta obra en la sociedad española. Según explicó, su interés por medir el impacto de El Quijote lo llevó a solicitar al CIS una encuesta sobre el conocimiento y lectura del libro. «Para nuestra sorpresa, nos atendieron estupendamente», relató. Los resultados, sin embargo, mostraron que solo dos de cada diez españoles han leído El Quijote, y de esos, apenas un 16% lo recordaba en profundidad.

En su trabajo, Trapiello abordó la complejidad del texto cervantino, destacando la necesidad de hacerlo accesible al lector contemporáneo. «Los únicos que leíamos El Quijote en una lengua que no comprendíamos éramos los españoles», afirmó. Asimismo, recordó que su traducción, realizada en secreto durante 14 años, fue recibida con críticas por parte de quienes consideraban sacrílego reinterpretar este «texto sagrado». Sin embargo, defendió su labor como un homenaje a Cervantes: «El Quijote debe leerse como una novela, no solo estudiarse como texto».

Espido Freire: «Las mujeres en Cervantes: mucho más que musas»

La escritora y filóloga Espido Freire desentrañó el papel de las mujeres en la obra de Miguel de Cervantes, destacando su profundidad, su independencia y su papel transformador en una época marcada por las limitaciones sociales. «Ninguna de ellas es lo que parece. Pensamos que nos vamos a encontrar con un personaje de unas características y luego descubrimos otra cosa: están enormemente vivas, con sus defectos y virtudes», explicó.

Freire subrayó la relevancia de figuras como Marcela, quien desafía las expectativas de su tiempo al reclamar su derecho a la libertad: «Marcela deja uno de los discursos de libertad, autonomía y deseo de independencia más vivos de su época», afirmó. En su defensa, Marcela deja claro que «el hecho de que Crisóstomo la amara no la obliga a ella ni un ápice a devolverle su voluntad».

La autora también reflexionó sobre Dulcinea, el ideal de Don Quijote, una figura que simboliza las aspiraciones más elevadas del caballero. «Dulcinea ha surgido precisamente para completar todo aquello que Don Quijote no encuentra en el mundo: la belleza, la pureza, la entrega… un ideal más alto que él», señaló.

Uno de los temas más interesantes que abordó Freire fue cómo Cervantes utiliza los matrimonios en sus obras para reflejar la rebeldía de las mujeres frente a las imposiciones sociales. «Muchos matrimonios secretos tenían que ver con la rebeldía de las mujeres, que no querían someterse a los matrimonios concertados por sus padres», indicó, relacionando esta constante con el contexto histórico posterior al Concilio de Trento.

Freire resaltó la sensibilidad única con la que Don Quijote mira a las mujeres que encuentra en su camino, otorgándoles un respeto y una dignidad que la sociedad les niega: «Don Quijote les da una dignidad que ellas mismas no se permiten. Solo él ve por debajo de lo que el resto observa». Este reconocimiento es especialmente evidente en personajes como Maritornes, cuya complejidad y humanidad trascienden su apariencia y condición.

Finalmente, la escritora hizo un llamado a reflexionar sobre la vigencia de Cervantes y su capacidad para conectar con los lectores a través de una mezcla de humor, crítica social y compasión. «Qué comunión se debía producir cuando empezaron a leer El Quijote a todas estas personas, que podían reírse, sentir pena y reconocerse en las historias. En algún lugar sonreía Cervantes, adivinando el éxito futuro de su obra», concluyó Freire.
El acto culminó con un gesto especial de Antonio Pulido, presidente de la Fundación Cajasol, que entregó un obsequio a los ponentes como agradecimiento por su contribución a este homenaje al genio cervantino.


Lola Pons: «Lo que Cervantes dice que se dice: la lengua de don Quijote»

En la tercera y última sesión, la filóloga y catedrática Lola Pons nos sumergió en un apasionante recorrido por la lengua de Cervantes y su magistral uso en el Quijote, una obra que redefinió la literatura y nuestra manera de hablar.

Pons arrancó su conferencia recordando el simbolismo del término “la lengua de Cervantes”, no sólo como referencia al español, sino como un puente que une culturas y épocas: “Los sefardíes hablaban de la lengua de Cervantes antes de que él existiera, mostrando la poderosa capacidad de este autor para convertirse en símbolo”.

Para Pons, Cervantes fue clave en el prestigio de palabras que, de no haber sido por su obra, habrían caído en desuso. “Hoy decimos talante gracias a Cervantes. Fue él quien rescató esta palabra casi olvidada y la devolvió al estándar”, apuntó.

Asimismo, mostró cómo El Quijote creó realidades que trascendieron la ficción. Un ejemplo paradigmático es Barataria, la mítica ínsula que se convirtió en topónimo real en lugares como Trinidad y Tobago y Luisiana: “Cervantes inventó un nombre para burlarse y, siglos después, ese nombre aparece en el mapa”.

La capacidad de Cervantes para plasmar diferentes registros y reflejar la sociedad de su tiempo fue otro de los puntos destacados. Pons explicó cómo las diferencias lingüísticas entre Don Quijote y Sancho Panza caracterizan a los personajes y muestran a su vez la riqueza y complejidad de la lengua del Siglo de Oro.

La charla concluyó con un llamado a redescubrir el Quijote como un “espejo de los sentimientos humanos y un repertorio lingüístico inagotable”. “Cada vez que oímos palabras como talante o soez, estamos conectando con Cervantes”, aseguró Pons, dejando en el aire una invitación a leer, reinterpretar y disfrutar de esta obra inmortal.

Alfonso Guerra: «Una lectura del Quijote»

Con una conferencia que alternó rigor académico y pasión literaria, Alfonso Guerra ofreció un análisis profundo de la obra de Cervantes, destacando tanto su relevancia universal como su insólita modernidad.

“El Quijote compendia toda la literatura posterior”, afirmó Guerra, recordando cómo Gabriel García Márquez, durante una cena en México, le confesó estar fascinado al releer la obra. Para Guerra, el libro de Cervantes es inmortal tanto por su riqueza narrativa como por ser un texto sorprendentemente divertido: “Quien lo lea, lo disfrutará. Es uno de los libros más graciosos que existen.”

Uno de los momentos más emotivos de la ponencia fue cuando Guerra citó el discurso de Marcela en defensa de su libertad, calificándolo como “el alegato más perfecto jamás escrito sobre la emancipación de la mujer”. Según el conferenciante, este pasaje demuestra cómo Cervantes fue un adelantado a su tiempo: “En el siglo XVI, hizo que una mujer pronunciara palabras que todavía resuenan en nuestra lucha por la igualdad.”

La reflexión final de Guerra convirtió al hidalgo manchego en un referente actual: “El Quijote es una utopía que lucha contra las injusticias, un loco que defiende la verdad. Representa lo puro, lo generoso, lo gallardo. Ya no nos reímos de él. Su escudo es la compasión y su estandarte, la belleza.”

Tras su intervención, los aplausos confirmaron que Guerra había conseguido despertar en el público el entusiasmo que él mismo expresó por la obra cervantina. En sus propias palabras: “Si esta noche gano un solo lector para el Quijote, habré cumplido mi misión.”

La jornada culminó con una lectura dramatizada de textos de Cervantes a cargo de Juan Echanove y Lucía Quintana, cerrando así tres días de inmersión cultural y literaria en torno a uno de los autores más universales de la lengua española.

Todos y cada uno de los participantes recibieron unas plumas cervantinas de manos de Antonio Pulido y Julio Criado en agradecimiento por su contribución a este homenaje a uno de los mayores genios de la literatura universal.

Las Jornadas Cervantinas han destacado por dar una perspectiva renovada sobre el legado de Miguel de Cervantes, evidenciando la vigencia de sus obras y su capacidad para dialogar con los grandes temas universales: la libertad, la identidad y la condición humana.

Con esta iniciativa, Castro del Río se consolida como un punto de referencia cultural y cervantino, uniendo tradición y futuro en torno al legado de uno de los escritores más universales de la historia.

La Biblioteca Pública Municipal acogerá la exposición «Cervantes. Un viaje de Castro al Parnaso» hasta el 30 de noviembre..

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