“De esta forma —se esgrime— se ha tenido la oportunidad de pulsar la posición de la ciudadanía española sobre la actuación del equipo y el apoyo que recibe y necesita el fútbol femenino, abordando también cuestiones relativas a la comparación de su situación con la del fútbol masculino”. A lo que ha añadido que “De acuerdo con los datos resultantes, podemos decir sobre la posición de Jenny Hermoso y del conjunto del equipo de la selección española de fútbol que no están solas, que no solo lo defienden éstas, sino que la mayoría de la población española se encuentra alineada con la defensa de los intereses de estas futbolistas y sus legítimas reivindicaciones. El lema ‘se acabó’ es un lema que comparte la mayoría de la ciudadanía española”.
Mayor apoyo entre mujeres, adultos y votantes de izquierdas
Los resultados muestran que 8 de cada 10 españoles están muy o bastantes satisfechos con la victoria de la selección y casi 9 de cada 10 (el 85 %) comparten la necesidad de mejorar las condiciones laborales y los recursos deportivos (instalaciones, equipo técnico, etc.) de las mujeres futbolistas.
Esta posición es mantenida por la población en general, aunque con ligeras diferencias entre hombres y mujeres. Si bien en ambos sexos se coincide en valorar de forma muy y bastante satisfactoria la actuación del equipo (77% y 80%, respectivamente) y también se expresan de forma mayoritaria en la necesidad de mejorar las referidas condiciones laborales y recursos deportivos de las mujeres futbolistas, la posición en este último caso es mucho más unánime entre mujeres que entre hombres (91% y 79%, respectivamente).
Asimismo, se constata una desigual valoración según la ubicación en la escala ideológica de las personas ante estos asuntos. Las personas que muestran un mayor apoyo social a las reivindicaciones de las futbolistas se sitúan en una posición ideológica más hacia la izquierda (el 65% de quienes se posicionan en la extrema izquierda) y, viceversa, es menor entre quienes se sitúan en la escala ideológica más a la derecha (el 43% de quienes se ubican en la extrema derecha).
En esta línea, desde el punto de vista de recuerdo de voto, los votantes en las pasadas elecciones del pasado 23 de julio que mayor apoyo expresan hacia las reivindicaciones de estas futbolistas son los de Junts (99%), SUMAR (96%), PSOE (94%), EH Bildu (92%), BNG y PACMA (90%). En el lado opuesto se sitúan los votantes de VOX (56%) y PP (79%), si bien el apoyo sigue siendo mayoritario también entre estos últimos.
Mejor comportamiento en las gradas y mejor deportividad
La encuesta también interroga sobre otros asuntos de relevancia, destacando la comparación que realiza la población española entre la situación del fútbol femenino con respecto al masculino. La mayoría considera que en el fútbol femenino hay “mejor comportamiento de los/las hinchas” (67 %), “menos insultos por parte de los/las aficionados/as” (62 %), “mejor ambiente en las gradas” (60 %), “mayor deportividad de los/las jugadores/as” y “menos faltas fingidas por parte de los/las jugadores/as” (56 % en ambos casos).
En cambio, las personas encuestadas consideran en su mayoría que el fútbol masculino cuenta con “mayor visibilidad en los medios de comunicación” (90 %). Y sólo existe una posición más dividida sobre si es en el fútbol masculino o en el fútbol femenino donde se da “más desigualdad entre los grandes clubes y los modestos” (41 % y 32 %, respectivamente).
Más mujeres directivas y en estamentos técnicos
Por último, la encuesta somete a consulta la cuestión de si las federaciones deportivas deberían incorporar a más mujeres en sus juntas directivas y estamentos técnicos. El 78 % de los consultados responde afirmativamente.
Este dato que pone de relieve la exigencia de una sociedad que se postra ante la cultura patriarcal y androcéntrica que persiste en algunas federaciones deportivas –no todas, como pone en evidencia un estudio reciente publicado por el Instituto de las Mujeres desarrollado también por la Universidad de Córdoba–. De lo que se deduce que la situación en disputa del fútbol femenino ha tenido un efecto de movilización de la sociedad española que repudia un modelo de organización susceptible de considerarse anacrónico.