GEN4OLIVE ha llegado a su fin tras cuatro años de trabajo que han permitido sentar las bases de la aceleración de los programas de mejora genética del olivar. La vicerrectora de Política Científica de la Universidad de Córdoba, María José Polo, ha señalado este martes, durante la inauguración del simposio final de este proyecto europeo celebrado en el Rectorado, “la relevancia de la investigación de vanguardia, continuada en el tiempo, que realiza la Universidad de Córdoba en torno al olivo, su desarrollo y su mejora”. La coordinadora del proyecto, la investigadora del Departamento de Agronomía Concepción Muñoz, ha subrayado que las sinergias entre los 16 socios de GEN4OLIVE y entre cinco bancos de germoplasma de olivo de todo el Mediterráneo han permitido “evaluar más de 600 variedades y poner esos datos a disposición en una base de datos pública”, así como “desarrollar herramientas para incrementar la eficiencia de una mejora genética del olivo que permita adaptar su cultivo a los retos que enfrenta el sector, como la sequía o las enfermedades que afectan al olivar”.
El proyecto GEN4OLIVE, financiado por la Unión Europea a través del programa Horizonte 2020, supone la mayor inyección de fondos y recursos para la mejora genética del olivo a nivel europeo en las últimas décadas. El proyecto aborda la puesta a punto de metodologías y la identificación de necesidades del sector, la caracterización de variedades cultivadas y silvestres, el impacto del cambio climático, el desarrollo de marcadores genéticos y plataformas digitales o la aplicación de inteligencia artificial en la olivicultura, sin obviar la comunicación y divulgación de resultados, que tiene su fase final en el encuentro que reúne en Córdoba a lo largo de esta semana a expertos internacionales del sector.
Entre sus hitos más destacados está el desarrollo de una infraestructura digital para garantizar el acceso abierto a los datos, que se alojará en la Universidad de Córdoba y que permitirá que, por primera vez, cualquier persona interesada en el olivo disponga de información accesible y fácil de interpretar, desde la convicción de que “los recursos genéticos del olivo son un patrimonio colectivo y deben estar al alcance de toda la sociedad”. Además, en el marco de GEN4OLIVE se han creado dos aplicaciones inteligentes para identificar variedades de olivo y detectar enfermedades a partir de imágenes, ‘apps’ que estarán disponibles gratuitamente a partir de marzo de 2025.
En busca de variedades resistentes
El núcleo del proyecto ha sido la evaluación de más de 600 variedades de olivo a nivel internacional, en colaboración con cinco bancos de germoplasma ubicados en Marruecos, España, Italia, Grecia y Turquía. Se analizaron 30 características clave del olivo, incluyendo tolerancia a plagas y enfermedades, resistencia a frío y sequía, calidad del aceite, fenología, arquitectura del árbol y características relacionadas con la mecanización y la aceituna de mesa. Además, se realizó una prospección exhaustiva de olivos silvestres en la cuenca mediterránea, permitiendo su registro y caracterización para su futura utilización en programas de mejora genética, lo que permitirá responder a los desafíos que afronta el olivar mediante el desarrollo de variedades más resistentes.
Además, la colaboración con pequeñas y medianas empresas ha permitido el desarrollo de 25 proyectos en seis países, 14 de ellos en España, centrados en áreas clave como la premejora genética, el establecimiento de ensayos comparativos y el desarrollo de estrategias innovadoras para mejorar la adaptación del olivo a distintos factores de estrés biótico y abiótico. También se han impulsado proyectos orientados a la optimización de la producción y la calidad del aceite.