El libro analiza cómo mediante la fijación del dióxido de carbono (CO2) de los cultivos, a través de la fotosíntesis, se producen alimentos y otros productos agrícolas esenciales. Según López Bellido, la agricultura puede contribuir a mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), secuestrando carbono atmosférico y produciendo biocombustible. A diferencia de otros sectores, como la industria o el transporte, la agricultura es capaz, bajo un manejo apropiado, no solo de reducir a cero las emisiones de CO2 a la atmósfera sino de capturarlo y almacenarlo como carbono orgánico en el suelo, o en la biomasa de la vegetación perenne, a la vez que puede minimizar las emisiones de metano (CH4) y óxido nitroso (N2O). Para valorar realmente el papel que la agricultura juega en la reducción de CO2 atmosférico es necesario conocer cuánto CO2 de la atmósfera puede capturar la agricultura y cuánto tiempo éste puede permanecer secuestrado sin que retorne a ella. No solo importa cuánto CO2 se elimina de la atmósfera sino cuanto tiempo permanece estabilizado sin volver a emitirlo, y de nuevo pasar a formar parte del problema; en este sentido la agricultura no se diferencia mucho del papel que desempeña un bosque.
El libro recoge los datos obtenidos en el experimento de larga duración (1985-2016) en la finca Malagón, ubicada en la campiña cordobesa. A lo largo de los 18 capítulos, se expone el potencial de la agricultura como sumidero de carbono, así como su ciclo y balance. A continuación, se analiza el secuestro de carbono en los suelos agrícolas y en los diversos agrosistemas (agricultura de secano, plantaciones arbóreas, pastos, etc.), y la influencia que las diferentes prácticas agronómicas tienen en el mismo. En capítulos siguientes se estudia el papel del biocarbón (biochar) y los diferentes métodos para determinar el carbono orgánico y su secuestro por el suelo, incluido el uso de modelos para su estimación dinámica. En los capítulos posteriores se analiza el papel y la importancia de las emisiones de los gases de efecto invernadero (GEI) en la agricultura y el concepto y cálculo de la huella de carbono en los agrosistemas. En otros dos capítulos se consideran los aspectos económicos del secuestro de carbono, considerando los mercados y los bancos de carbono; así como la importancia de los suelos de los agrosistemas en la política del cambio climático, considerando los factores que afectan a la adaptación y las principales características de mitigación del carbono. Finalmente se analizan las principales características y la relevancia en el marco de la agricultura sostenible y el secuestro de carbono de la agricultura de conservación y la agricultura regenerativa; considerando el papel futuro de la agricultura climáticamente inteligente, así como las perspectivas y estrategias de la futura investigación.
Sobre el autor
Luis López Bellido es doctor ingeniero agrónomo y catedrático emérito de Agronomía en la Universidad de Córdoba (España). Ha desarrollado una intensa labor investigadora en los agroecosistemas mediterráneos, en especial en los experimentos de campo de larga duración, estudiando la influencia de las prácticas agronómicas en la sostenibilidad de la producción y el secuestro de carbono; con énfasis en los sistemas de laboreo, rotaciones de cultivo, especialmente con leguminosas, y la eficiencia en el uso del nitrógeno. Ha publicado numerosos libros y artículos científicos y técnicos sobre estas materias.