El evento ha estado presidido por el rector de la UCO, Manuel Torralbo Rodríguez, quien ha manifestado su orgullo “por pertenecer a una universidad con tal nivel de compromiso y que da la talla ante problemas muy complejos”. El rector ha recordado que estamos en una situación de policrisis en la que aumentan cada año el número de personas refugiadas. Así, ha señalado la dificultad de estas personas para acceder a la educación superior, “por lo que UCO-Refugio no es solo una cuestión de solidaridad, sino de responsabilidad y respeto por los derechos humanos”.
La vicerrectora de Igualdad, Inclusión y Compromiso Social, Sara Pinzi, ha explicado que Universidad Refugio es un programa que la UCO viene implementando desde el año 2023. “Se inició con una subvención del Ministerio de Universidades, orientada a apoyar a personas afectadas por la guerra en Ucrania en situación de asilo internacional en nuestra ciudad. A partir de este impulso, la UCO decide dotar con fondos propios una serie de acciones de apoy a personas en situación de asilo internacional, sea cual sea el país de origen, y que ha iniciado este año 2024”.
Para tal fin, la Universidad de Córdoba desarrolló una declaración de compromiso con las personas refugiadas que se aprobó en Consejo de Gobierno, en sesión ordinaria de 21 de marzo de 2024, y está publicada en BOUCO el 01/04/2024 (nº de Anuncio: 2024/00484); en la se sientan las bases del este programa UCO-Refugio. La declaración hace referencia a la necesidad de coordinación interna entre diferentes servicios y órganos universitarios para el fortalecimiento del Plan de actuación de la UCO frente a situaciones de crisis humanitarias y en los procesos de acogida, motivo por el que se ha creado una comisión multisectorial para dar una respuesta coordinada a estas personas y que hoy se ha reunido por primera vez, dinamizada por el Área de Cooperación y Solidaridad de la UCO.
Con ambos instrumentos, “lo que pretendemos es poder apoyar a personas en situación de asilo internacional a cursar sus estudios universitarios en nuestra universidad, facilitando apoyo económico para diversas actuaciones, orientadas en varias vertientes: aprendizaje de la lengua castellana; acceso a cursos formación y empleabilidad que les ayude a abrirse oportunidades de empleo en nuestro país; y apoyo para cubrir gastos de alojamiento y manutención”, ha explicado la vicerrectora. Por otro lado, se pretende ofrecer determinados servicios y actividades universitarias de diferente índole como asesoramiento y orientación laboral y educativa, acciones culturales, deportivas, ambientales, etc. a personas refugiadas, reúnan éstas o no los requisitos para acceder a la educación superior en nuestro país.
En paralelo a estas acciones, la vicerrectora ha indicado que se está trabajando en dos líneas importantes. Por un lado, la sensibilización e información a la comunidad universitaria sobre la realidad de las personas en situación de asilo internacional en nuestro país, y las causas que los llevan a verse inmersas en la misma; y, por otro, en la implicación de la comunidad universitaria en el apoyo y acompañamiento a las personas refugiadas que optan por la UCO para abrirse camino en nuestro entorno.
Tras este primer taller de trabajo de la Comisión se elaborará un Plan Refugio en la UCO que recogerán las medidas que el conjunto de los servicios y estructuras universitarias propongan implementar para apoyo a personas en situación de refugio. Están invitados a participar en este proceso un amplio número de servicios y órganos como Gestión Académica, empleabilidad, UCOcultura, Centro Intergeneracional, formación permanente, UCOidiomas, atención psicológica, información a estudiantes, inclusión, biblioteca, UCOdeportes, relaciones internacionales, alojamiento, postgrado, etc., así como diversos Vicerrectorados (de Igualdad, Inclusión y Compromiso Social, de Estudios de Grado, de Salud y Bienestar, de Estudiantes, etc.) y cátedras y aulas como la UNESCO de resolución de servicios, la de Desarrollo Sostenible, o la de sinhogarismo.
Hasta el momento se han realizado numerosas actividades de apoyo a personas refugiadas en este último año. Con una financiación del Ministerio de Universidades se han estado financiando becas de matrícula para cursos y alojamiento a estudiantes procedentes de Ucrania. También se han realizado, bajo el impulso de personal docente e investigador y con el apoyo del Área de Cooperación y Solidaridad, cerca de 10 acciones formativas y de sensibilización sobre los conflictos en Ucrania y Palestina.
Dificultades en el acceso a la educación superior
Paralelamente ya se está trabajando por parte del Área de Cooperación y Solidaridad en la propuesta de unas bases reguladoras y convocatorias de becas a personas refugiadas para realización de cursos de postgrado, idiomas o empleabilidad, y a finales de año se ofertará un curso online sobre procesos migratorios forzosos y refugio.
El acto ha contado también con la presencia de María de Lázaga Hartwig, representante de ACNUR España, quien ha explicado los objetivos de la organización, que actúa bajo mandato de la ONU, y los distintos tipos de protección internacional. Actualmente hay unos 110 millones de personas refugiadas y desplazadas en el mundo, de las cuales el 80% está en países de renta media o baja. En España hay una cifra de más de 580.000 personas entre refugiados, solicitantes de asilo o en cualquier otra forma jurídica de protección, siendo Ucrania, Venezuela, Siria, Mali y Colombia los países con mayor número de personas refugiadas o solicitantes de asilo.
La representante de ACNUR ha felicitado a la UCO por la iniciativa y ha señalado el papel de las universidades en la “reconstrucción de vidas y futuros de las personas refugiadas”. A fecha de hoy, solo el 6% de estas personas accede a la educación superior, frente al 40% de la población no refugiada. Sin embargo, el acceso a la universidad es un puente a la generación de ingresos para estas personas, así como a la integración de la juventud refugiada. Entre las principales trabas están las cuestiones económicas, la falta de acceso a la información, las barreras idiomáticas, la diferencia de trato según nacionalidades, los requisitos documentales o las cuestiones psicosociales, entre otras. Para el año 2030, ACNUR se ha fijado como objetivo que el 15% de las personas refugiadas pueda acceder a la educación superior gracias a programas parecidos al iniciado por la Universidad de Córdoba.